tapiz (lana sobre lienzo)
150 x 180 cm.
2018
cuadernos y dibujos
2004 – 2018
Llegué a Rosario en el 2004 para estudiar Bellas Artes. Un 16 de noviembre pero de ese año abrió el macro lo que me permitió ver obras de autores que admiro y poder aprender de ellas en vivo, sin mediación. Recuerdo vivir la apertura del museo con una emoción inexplicable. Muchos de mis profesores tenían obra ahí. Para mí fue casi mágico poder ponerle imagen / materialidad -a veces física- a su labor docente. Me acuerdo perfecto del séptimo piso con una mesa llena de obras a medio desembalar, parte de la colección de arte contemporáneo argentino más importante del país ahí arriba. Hoy en esa misma sala se habilitó el Gabinete, una muestra que curó Adriana Armando donde estoy mostrando mis cuadernos sobre unas mesas hermosas y elegantes que me hizo Yo Matias re que me da nostalgia todo esto porque ese año es el que lo conocí a él y creo que desde ese momento nos juramos amor eterno. Recuerdo todos sus cortes de pelo de ese año jaja algunos están registrados en esas hojas. También hay un retrato que le hice a Maxi Rossini cuando usaba otro corte de pelo medio largo y batido arriba y rapado a los costados que le quedaba muy bien. Ni hablar la emoción que me da compartir esta aventura con mis adoradísisisimas Mimi Laquidara y Pauline Fondevila. Bueno nada estoy re nostálgica para mí rosario es una fiesta que no termina nunca.
Texto curatorial Gabinete por Adriana Armando
Poco importa si es de noche…
Bajo este título se reúne a nueve artistas mujeres que viven y trabajan en Rosario o que tienen una parte de su biografía intensamente asociada a la ciudad; creadoras cuyas obras podemos ver en galerías y museos, escuelas y talleres, así como en otros espacios y circuitos. Ellas son parte de un nutrido conjunto que transita la ancha vereda del arte contemporáneo con sus insoslayables modulaciones y dificultades. Integran un gabinete: una modalidad nueva y con premiación ─instituida por las autoridades del 72 Salón Nacional de Rosario─ dedicado este año a artistas mujeres. Una de las acepciones de la palabra gabinete, la de aposento íntimo o habitación para recibir visitas, sumada al recuerdo de ciertas obras bañadas de luces lunares y climas expectantes, constituyeron la primera sugestión para que un ambiente de nocturnidad sobrevolara la exposición. Sin embargo ciertos puntos de partida se vieron alterados y surgieron otros, contiguos o apartados; de todos modos conservé el muy inicial poco importa si es de noche… para insinuar momentos o situaciones inquietantes, de agitaciones poéticas y plenitudes creativas, de notas de humor y extrañamiento, de latencias dramáticas y contrastes, que de algún modo surcan las obras congregadas.
mucho importa cuántas son…
La decisión institucional de que un grupo de artistas mujeres configure este gabinete debió estar fundada en el protagonismo que desde hace varios años tienen los movimientos de mujeres en todo el país, en pos de derechos y libertades, y al que adhirieron activamente las artistas visuales. La desigualdad de la participación de las mujeres en el ámbito de las instituciones de arte se manifiesta, entre otros aspectos, en las colecciones de casi todos los museos, conformadas mayoritariamente por obras de artistas varones. Numerosas investigaciones han destacado la cuestión de la invisibilidad de las artistas mujeres y los motivos que la sustentaron a lo largo de la historia; una situación que en el presente parece distinta dada la presencia creciente de mujeres en los circuitos institucionales públicos y privados, oficiales y alternativos. Sin embargo, si atendemos el acervo patrimonial del Castagnino + Macro, podemos observar que la brecha entre géneros, que resulta abismal en la colección histórica, se atenúa notoriamente en la colección contemporánea, pero sigue expresando una profunda diferencia. Así, en la primera el porcentaje de obras de mujeres no alcanza el 15%, considerando juntas las secciones de Pintura, Grabado y Escultura, y si bien este dato está basado en un registro quizás incompleto, las modificaciones que pueda haber probablemente no alterarán significativamente esa enorme desproporción. Mientras que en la segunda y a partir de listados actualizados, el porcentaje asciende a un 35,7% de artistas mujeres, una cifra que incluye el área de diseño y que no parece corresponderse con una escena artística con mucha participación de artistas mujeres. Situación que no hace más que confirmar la sobrevivencia de la desigualdad en una colección iniciada en los primeros años del 2000. También es cierto que si atendemos los premios de los Salones en la última década, se produjo una aceleración en la valoración de obras de mujeres, aunque hay que mensurar las adquisiciones con respecto a otros premios y menciones.
El Salón es una institución que en Rosario comenzó a funcionar en 1917, con jurados integrados sólo por varones, quienes adjudicaron los premios importantes a varones: en esa ocasión, las mujeres representaron un 13% de los participantes y sólo una de ellas obtuvo un premio estímulo. Más allá de esta lejana referencia inaugural, que con el transcurso de los años varió en porcentajes pero sostuvo una diferencia importante, interesa observar el devenir de los certámenes que transcurrieron entre 2005, cuando ya se había creado el macro, y 2017. Se trata de una secuencia corta de trece salones en un clima cultural mucho más propicio a la consideración de las mujeres: no obstante, sólo en cuatro oportunidades el primer premio se adjudicó a ellas. El número aumenta a seis en el caso del segundo y el tercero se otorgó una vez; obviamente todos fueron adquisiciones. Sí hubo menciones para artistas mujeres en casi todos los salones considerados, así como otros premios que no eran adquisiciones. Los jurados de premiación siempre estuvieron integrados por mujeres y varones: en cinco ediciones hubo mayoría de mujeres, en siete de hombres y sólo en una hubo paridad. No obstante en cuatro de las cinco ediciones que tuvieron un jurado con preeminencia de mujeres los premios adquisición se otorgaron sólo a artistas varones, constituyendo la excepción el del 2015, integrado exclusivamente por mujeres que premiaron congéneres para que sus obras integren la colección contemporánea del Castagnino + Macro.
nada es para siempre…
Una exposición de artistas mujeres que producen dentro de los clivajes del arte contemporáneo y que tienen visibilidad pública en diferentes instancias, no pretende sólo ampararse en una coyuntura política y cultural más permeable, aspira a producir un llamado de atención sobre la persistencia de manifiestas desigualdades y, fundamentalmente, sobre la necesidad de sostener la vigencia de una agenda en torno al tema en las instituciones artísticas. Estas cuestiones referidas a artistas mujeres ─una clasificación basada en diferenciaciones culturalmente establecidas─ deben anudarse con otras devenidas de una escena más plural, abierta y compleja que ha rebasado el binarismo de género y que nos interpela por igual.
Los cuadernos de Ángeles Ascúa, de líneas sutiles e impregnados de pictoricidad, componen una suerte de atlas afectivo, amorosamente desplegado; junto a ellos la intervención del texto de Hemingway en alusión a París era una fiesta, donde superpone Rosario a la capital francesa, le permite conjugar palabras e imágenes bordadas, al tiempo que ensancha un horizonte de sentimientos. Si los cuadernos están colmados de retratos de amigos, el tapiz deviene en “la compañía perfecta” para aludir a vivencias compartidas y situadas: «Si tuviste la suerte de haber vivido en Rosario cuando joven, luego Rosario te acompañará, vayas a donde vayas, todo el resto de tu vida, porque Rosario es una fiesta que no termina nunca.»
PREMIO COLECCIÓN 72 Salón Nacional de Rosario, 2018
Mucha emoción y felicidad que mis cuadernos queden para siempre en la colección del Museo Castagnino+macro 💘 gracias Adriana por la invitación y a mi familia rosarina por tanto